Navegando al volver del verano por internet, me encontré con una oferta increíble de cámara analógica con dos objetivos, uno de los cuales era este extraordinario Minolta 70-210 f4, conocido como Beercan.
Como la oferta era muy buena, rápidamente me puse en contacto con el vendedor y quedé con él para poder probar este objetivo, del que había oído tantas cosas, y todas muy buenas.
Como he dicho, la oferta era la cámara y dos objetivos, pero el otro, un Minolta 35-70 f4, conocido como Mini Beercan, no me atraía lo más mínimo. De hecho ni lo conocía, pero como la oferta era buena, pues a caballo regalado... Además, con una focal tan corta, que ya tenía cubierta con mi 18-70...
Pero todo cambió cuando ese mismo fin de semana me llevé esos dos objetivos para probarlos. El 70-210 me encantó, los colores, el desenfoque, la nitidez... Era extraordinario. Y el otro, hice alguna que otra foto, y oye, pues no era tan malo...
Seguí haciendo fotos y probé el macro, y bueno, los resultados eran bastante buenos. Y para retratos tampoco estaba nada mal.
La conclusión final, el 35-70 me lo quedo para ocasiones especiales, y el Beercan ha hecho desaparecer de mi equipo mis objetivos Sony 55-200 y 75-300 que llevaban conmigo desde el principio de los tiempos.
Por cierto, que en breve mi equipo va a tener un nuevo miembro que va a quitarme de encima el 18-55 de Sony, con el que sigo sin apañarme.
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