Después de un tiempo sin escribir (entre lo dejado que soy, lo ocupado que he andado, y que mi pequeño iMac ha estado pachucho) vengo para mostrar una de las más recientes incorporaciones a mi equipo fotográfico. Se trata de un tan deseado ojo de pez, el Falcon 8mm.
Hay mucho escrito sobre esta familia de objetivos (Samyang, Falcon...) por la red, por lo que no me voy a poner a ello. Destaco que se trata de un objetivo manual, con un pesado cuerpo de metal, y unos anillos de diafragma y de enfoque muy suaves. Y como en todos los casos, se trata de una pieza muy delicada, especialmente en este caso, ya que por su forma no se pueden usar filtros protectores. Así que, cuidado al acercarse a las cosas, que uno no se da cuenta de lo cerca que están con este tipo de objetivos.
Mis primeras pruebas me han hecho ver que se trata de un objetivo extraordinariamente nítido, pero que no es del tipo de objetivos que uno lleve siempre encima con el equipo habitual. Lo que si es cierto es que es un auténtico juguete, y que cuando lo pones en la cámara, se te ocurren mil cosas que hacer con el.
